Vuelta al moncayo

Calcenada 2012

Que sensación, viernes por la tarde, empiezan mis vacaciones y sin dudarlo voy dirección a Calcena, Rafa Huesca y Chesu ya están allí, este año Rafa Madrid causa baja, no se ajusta el calendario al evento, pero seguro que no estuvo quieto que yo sepa se machaco en una media en Guadalajara. Bueno, no vino Rafa M pero pudimos disfrutar de la compañía de Albertito, ya lo irán conociendo nuestros seguidores…

Lo dicho, llego a Calcena, al parking, como otros años en ediciones anteriores, esta la furgo de Chesu, mi tienda montada antes de mi llegada, es curioso eh, y un espacio para mi furgo. La teoría dictaba: Cena a base de pasta, hidratación, velada distendida, repaso de la etapa y descanso. Nada más lejos de la realidad, me dirijo hacia las instalaciones deportivos, con una sed de escándalo, y al llegar al lo que viene siendo el bar de la piscina de Calcena me encuentro con los tres mosqueteros, ¿Qué tal? Aquí estamos sofocando el calor con dos o tres cañitas, ¿vamos a cenar a la zona de acampada?, -Espera, que yo también quiero tomarme una cañita…. La cañita se acompañaba con un suculento pintxo de bakalao en aceite y ajo, muy digestivo, y nosotros que somos vermuteros nos cayó en gracia, y después vinieron, digámoslo así, unas cuantas cañas de más, porque estaban de mas, con sendos pintxos de bakalao, hasta agotar existencias, una cena, a base de picoteo, por cortesía de los regentes del bar, y algún que otro pacharán. Tenemos que decir que no nos orgullece haber preparado la jornada de esta guisa, pero a lo hecho pecho, y fue así, cada uno se metió en el saco como pudo, a altas horas de la madrugada, y salió de el como pudo también, más temprano de lo que hubiéramos querido, un saludo desde aquí a nuestro vecino de tienda, que se despertó sobresaltado cuando entrabamos sigilosamente en nuestros aposentos.

Pontro por la mañana, muy pronto por la mañana, nos levantamos, cambiamos, bebimos agua, volvimos a beber agua, nos montamos en las burras, desayunamos en las instalaciones habilitadas para tal y nos arrepentimos del pasado más inmediato, pero lo dicho, estuvimos impacientes todo un año para volver a Calcena, pasamos el Otoño y el Invierno corriendo y esquiando, saliendo con la btt, la primavera subiendo puertos del piri y del piriné, hicimos la Puertos de la Ribagorza y no sé cuantas cosas más, no era cuestión de achicarse por un traspiés la noche de antes.

Ya en las salida Chesu y Javivi íbamos unos metros por delante, Rafa y Albertito lo tenían claro, son perretes viejos y sabían que la cita era larga y no valía despeinarse a la primera de cambio, como Chesu es imposible que se despeine y yo me peino de cualquier manera, subimos la primera tachuela y seguimos bebiendo agua, esto ayudo a nuestro cuerpo a disolver la concentración de la noche anterior, habré el poro y por el olor de nuestra equipación sabemos que destilamos a la perfección.

Ya los cuatro arriba iniciamos el descenso, no con mucho ánimo, paramos a hidratar un par de veces más y viendo la situación decidimos ir a lo benemérita, por parejas de a dos, acertada decisión, no esperas, ni eres esperado, por lo que en realidad tendríamos que adjuntar dos crónicas de la jornada, eso, o concluir el relato con lo que en realidad y estaremos seguro de acuerdo los cuatro, que una vez más la Calcenada, fue una entretenida, divertida y estupenda quedada con amigos del deporte, que no deportistas… que esperaremos ansiosos a la edición del 2012 y un año más.         

                                   

Niños, si leéis esta crónica, es un ejemplo claro de lo que no es compatible, en realidad los cuatro queríamos batir nuestra mejor marca, pero no logramos batir nada más que nuestra lealtad a una cita, porque somos hombres de honor, o que horror seguimos siendo como críos….

Un abrazo a todos y espero que entendáis que nos tomemos con sentido del humor la crónica de la que fue nuestra Calcenada, prometemos el año que viene portarnos mejor.

Gracias Ernesto y compañía, por tus pintxos de bakalao, no he bebido tanta agua en mi vida, lo pasamos muy bien en vuestra compañía, un diez por la ya conocida hospitalidad de los calcenarios.