A falta de pan, buenas son
tortas. Cuando el tiempo no acompaña al deporte de las dos ruedas, siempre
existen alternativas para mantenerse activo a la espera de vientos más
favorables. Este fue el caso del pasado fin de semana en el que nos fuimos al
Valle de Arán a correr la 33ª edición de la popular marcha de esquí nórdico
conocida como Marcha Beret. No, no!! No fue improvisado, el primer domingo de
febrero siempre está marcado en el calendario como cita obligatoria. Esta marcha no es
nueva para este humilde escribiente, de hecho esta es mi decimocuarta
aparición.
Así que siguiendo el ritual,
servidor Chesu y mi fiel amigo en esto de la Beret y en otras historias más, Ricardo, alias el
Cortu, cogimos la Multivan
y para el Plá de Beret. Ni los hombres y mujeres del tiempo, ni las nuestras,
nos hicieron desistir de tal intento. Que viene la ola!! Que viene la ola!! Qué
ola? Pues no estamos en invierno? Y es que somos la repanocha, estamos ya
acostumbrados a esquiar en manga corta y cuando de verdad merece la pena esquiar,
frio y nieve polvo, todos los medios, el gobierno, los cuerpos de seguridad del
estado, el yerno del rey, etc… nos ponen la cabeza como bombos para que nos
quedemos en casa, prevención y más prevención. Y quién nos previno de esta p…
crisis? Bueno, que me voy del tema, a lo que estamos.
Sabíamos de la dichosa ola, pero
también es cierto que en la
Beret , siempre habíamos corrido con sol y buen tiempo, frío
si, pero anticiclón del bueno a saco. Y es que históricamente esta marcha, suele
aprovechar ese anticiclón de las Azores que suele abrazar plenamente este país
entre finales de enero y primeros de febrero, dando días con cielos radiantes y
frío del bueno. Pero entre tantos años buenos, alguno tenía que ser malo. Así
que con más motivo, para allá que nos fuimos a probar nuestros supersacos de
plumas.
Llegamos al Plá de Beret (1845m) el
viernes a eso de las 2230 horas, el termómetro de la estación marcaba -18 ºC , el de la furgo uno
más, -17 ºC .
Normalmente en el parking suele haber como unas 20 autocaravanas y unas 10
furgos como la nuestra, pero el viernes sólo pudimos contar 3 autocaravanas y
nuestra furgo sin calefacción estática. Nos pusimos al abrigo de una de ellas,
pues el viento soplaba tan fuerte que parecíamos estar en el cascarón de
Chanquete. Después de una velada inolvidable a la luz del fluorescente nos
fuimos a dormir a nuestros sacos y a rezar por no tener que salir a echar una
meadica fuera, pues -20 ºC
a 45 km/h
de viento son como unos -35
ºC , usease, meadica congelada. La noche fue buena,
incluso sudamos en los sacos, pero el momento de levantarse, respiremos
profundamente, uno, dos, y … espera vamos a respirar otra vez, ….. el agua
estaba congelada, el culo de Ambar que sobró también, en fin. A eso de las 11
de la mañana estábamos por fin desayunando con leche caliente dentro de la
furgo a 0 ºC
mientras la furgo en marcha podía a duras penas sacar aire caliente. Por
cierto, el arranque a la primera, que maravilla de cacharro, hay que decir que
echamos 4 litros
de gasolina para evitar sorpresitas. Ah! y freno de mano quitado.
A eso de las 13 horas nos
calzamos esquís y nos dimos una vuelta de unos 10km, a -14ºC y con rachas de viento.
Calor en las subidas al abrigo y un frío que pelaba cuando soplaba el viento.
Así que después de hacer un rato el valiente o el tonto, según se mire, para la
furgo a comer. Al quitarnos el chubasquero, el sudor de las capas inferiores
estaba completamente congelado. Ya dentro de la furgo con una temperatura
confort de 22ºC
nos pegamos una comida de la hostia, con té calentito y pacharán incluido. El
sábado por la tarde bajamos a Salardú, recogida de dorsales, comprar algo,
encerar esquís, una ducha en el albergue Garona y para arriba otra vez. La
temperatura máxima el sábado fue de -9.5 ºC a las 16 horas.
El domingo, día de la carrera, daban
nieve y -11 ºC
con viento flojo. La noche fue buena, con una mínima de -16 ºC y sin apenas viento.
Al levantarnos, la cosa pintaba regular, un palmo de nieve y seguía nevando,
visibilidad media y agujetas del día anterior. Qué hacemos? Corremos no? Hasta
donde lleguemos. Al final como siempre corrimos la Marcha completa, yo la de
21km y el Cortu, que es una maquinica y está en esto del fondo desde los 13
años, la de 42km. Yo con la de 42km, como dice mi hijo Bruno: - Otro día papá,
vale? - Si hijo mío!
Bonito fin de semana
Hasta el año que viene
Pongo las fotos que pude hacer antes de que el movil se quedara sin batería. Ricardo tiene más, supongo que pronto me las pasará. Desafortunademanete de la carrera no tenemos ninguna por el momento.
Me hago cargo, tus teléfonos no deben tener batería....
ResponderEliminarLos dientes largos, con ganas de calzar esquís y hacer lo que se pueda.
Buena entrada, un saludo a Cortu, ya nos veremos...