Personalmente hacia mucho tiempo
que quería haber ido a una etapa del Tour de Francia, máxime teniendo los
Pirineos tan cerca. El tema es que una cosa por otra, al final nunca íbamos,
siempre dejábamos pasar la oportunidad. Pero este año la cosa ha sido
diferente, los astros estaban alineados, teníamos los días, y las sufridoras
familias estaban por la labor de dejarnos cumplir nuestro sueño. Ahora, sólo
quedaba elegir la etapa y planificar el viaje.
La etapa de Bagneres de Luchon a
Peyragudes tenía buena pinta, relativamente cerca de Lascuarre, en caso de
estar por allí, y al llegar dos veces el Tour en 24 horas a la zona del
Peyresourde, por eso de los 100 años de su primera ascensión, etc., podíamos
enlazar dos etapas seguidas sin cambiar de campo base. Sin embargo, el rey de
los Pirineos, el Tourmalet, y el hecho de habernos dejado en el tintero puertos
como Gavarnie y Troumouse en nuestro periplo de mayo en Argeles, decantaron
finalmente la balanza por la etapa de Pau a Bagneres de Luchon, una clásica
pirenaica que pasa por los puertos más emblemáticos del Pirineo, Aubisque,
Tourmalet, Aspin y Peyresourde.
Queríamos ir con tranquilidad,
sin agobios, sin la hora pegada al culo. Teníamos muy claro también que no nos
apetecía acampar con nuestra furgo en el Tourmalet, queríamos estar cercanos
pero distantes y tranquilos, sin aglomeraciones y con libertad de movimientos, así
que decidimos buscar como campo base la zona entre Luz Saint Sauver y Gedre, estando
por tanto muy cerca del Tourmalet, circo de Troumouse y Gavarnie (puerto de
Bujaruelo ó col de Mentes ó col de Bucharo), nuestros objetivos. El plan era
hacer el martes a última hora el circo de Troumouse, el miércoles, día de la
etapa, hacer Tourmalet por las dos vertientes y ver el paso de los corredores
por dicho col, y el jueves temprano por la mañana y antes de volvernos para
casa, hacernos el puerto de Bujaruelo. Dicho y hecho.
El martes después de comer,
ponemos rumbo a la frontera con nuestra furgo cargada de viandas y bebidas
varias. Repostamos en el Portalet y compramos hielo para la nevera Colemann de
Javilin, que peazo nevera, tuvimos hielo y bebida fresca durante las 48 horas
que duró nuestra escapada. Subiendo el Aubisque con la furgo y a 3km de coronar,
un gendarme estaba haciendo parar a todo el mundo y dar la vuelta puerto abajo,
no me lo podía creer, abajo había un cartel que indicaba que el col estaba
cerrado a partir de las 9 de la mañana del miércoles. No puede ser, tener que
deshacer el camino andado y bordearlo por arriba, una auténtica pesadilla,
insistimos unas cuantas veces, y al final con nuestro francés macarrónico le
decimos que vamos dirección Luz, a lo cual el gendarme accede a dejarnos pasar,
menos mal!! Arriba en el col, no apreciamos nada extraño, aglomeraciones, etc.
Que tíos más raros!!
Llegamos a Gedre sin más
contratiempos a eso de las 1945 horas, rápidamente nos cambiamos, cogemos
frontales y nos vamos para arriba, el circo deTroumouse nos espera. Desde Gedre, el col en cuestión es calificado
como de 1ª categoría. Se asciende un desnivel de 950m en 14.4km al 6.6% de
media. El coeficiente es de 203. Hasta el peaje el col pica para arriba, pero
al no haber curvas de herradura no se aprecia el desnivel. Después del peaje,
la cosa se torna seria, con constantes curvas de herradura, y kilómetros al 8.5
y 9.5%. El esfuerzo merece la pena, y tras poco más de una hora llegamos al
parking que indica el final del puerto, desde allí las vistas del circo son
grandiosas, podemos ver la Munia
con su famoso paso del gato, intuimos al otro lado el Sobrarbe, Aragón, justo
allí, a un paso, tan cerca y tan lejos. Apuramos unos minutos y rápidamente
iniciamos descenso antes de que la noche haga su aparición. Todavía tenemos que
llegar a la furgo, buscar un sitio bueno para pasar la noche, cenar y dormir.
Mañana nos esperan las dos caras del Tourmalet.
El despertador suena a eso de las
0730 horas, el resplandor del sol indica que el día ya ha comenzado.
Desentumecemos los huesos mientras el agua fría del río termina de
despertarnos. Desayunamos cereales con leche, nos cambiamos, y nos vamos a Luz.
Encontramos un buen parking justo en las afueras, cogemos geles, agua, mini
bocatas de chorizo de Pamplona con queso, plátanos, cámara de fotos, cámaras de
bici, en fin, todo lo imprescindible para pasar un largo y bonito día sin
problemas. Dudamos entre coger las alforjas o no, podemos coger ropa, pero son
una lata, el día pinta caluroso, y decidimos que otra vez será. Buena elección.
Salimos y en un periquete estamos subiendo el mítico Tourmalet por Luz Saint
Sauver, que gustazo. Hay un ambientazo buenísimo, muchísimos ciclistas, gente
andando, cientos de autocaravanas y campers, banderas de todos los sitios, el
tráfico rodado de coches desaparece ya en Bareges, a partir de aquí sólo queda
gozar del Tourmalet, que por esta
vertiente tiene 18.8km al 7.5% acumulando un desnivel de 1405m y con un
coeficiente de 338, ahí es nada!! La gente te anima y para cuando quieres darte
cuenta ya estás arriba. La cima esta repleta de gente, cuesta hacerse una foto,
no se como lo haremos a la vuelta para coger sitio.
Comemos algo e iniciamos descenso
para Sainte-Marie de Campan. La bajada es vertiginosa, y tras una pequeña
parada para reponer fluidos, nos metemos de nuevo en harina y afrontamos la
segunda cara del Tourmalet, la cruz!! Unos
17km al 7.5% un desnivel de 1275m y un coeficiente de 312. Hace muchísimo
calor, las rampas son duras, la falta de aliento externo y el cansancio
acumulado hacen que los kilómetros caigan más lentamente, pero no por ello
dejamos de disfrutar. Llegamos a La
Mongie y un gendarme nos dice que no podemos continuar en
bici, la caravana publicitaria está a punto de pasar y sólo se puede subir
andando, vaya fiasco a 4 km
de llegar. Nos tomamos la cosa con calma, nos bebemos el refresco de la chispa
de la vida y continuamos camino, unas veces en bici cuando no bajaban coches y
no había gendarmes a la vista, y otras andando cuando una de las dos
condiciones anteriores se cumplía. Por fin llegamos arriba, nos tomamos unas
birras, nos colocamos estratégicamente a 50m del paso del col con menos
problemas de los previstos, arriamos nuestra bandera y esperamos a que pasen
los primeros, el ambiente es genial, merece la pena vivirlo, la etapa en si no
la ves, no te enteras como en la TV ,
pero merece la pena estar allí en medio. Una hora más tarde todo ha terminado,
pero estamos contentos. Nada más terminar se produce una estampida, gente y
bicis para arriba y para abajo, un poco caos, pero bien controlado, después de
unos 20 minutos, ya podemos montar en bici y bajar a tope, por el camino
encontramos caravanas de coches parados por los gendarmes, menos mal que hacen
algo bien!! En un periquete estamos en la furgo, sudados, cansados, pero muy
contentos. Nuestro sueño se ha hecho realidad.
Desde allí, y por recomendación
de Luis Arilla, nos dirigimos al col de Saugué, un puertarraco de 7km al 8.7%.
Pero lo dejaremos para otra vez, esta vez lo subiremos en la furgo para contemplar una de las estampas más
espectaculares de todo el Pirineo, el circo de Gavarnie. Sin duda alguna, éste
col es una atalaya privilegiada para tal cometido. Con anterioridad, casi
llegando al final del puerto pudimos disfrutar de un placentero baño en una
gorga que encontramos por el camino, que bien nos sentó, y que buena estaba el
agua!! Esa noche la pasaríamos en una curva de herradura del col de Bucharo,
otro mirador privilegiado de lo que nos esperaba al día siguiente. Cena a base
de pasta, alguna birrita todavía fresca, y conexión a Internet para ver que
había pasado en la etapa, y es que esto de las nuevas tecnologías es la leche.
La mañana se levanta con niebla
en el valle, desayunamos rápidamente y nos dirigimos a Gedre para hacer el col de Bucharo antes de marchar para casa. Este
col desde Gedre salva un desnivel de 1225m, en 20km al 6.1% de media, siendo su
parte más dura desde Gavarnie, unos 12km al 7.7%. El coeficiente es de 254, un
auténtico Hors Categorie. La subida se hace amena aunque dura por el viento que
entra de cara, en nuestra mente, la cara norte del Taillon y el famoso buque
con Torre y Casco como cimas más emblemáticas. Tras poco más de hora y media de
esfuerzo, llegábamos al final de la carretera, justo en la frontera con Aragón,
nuestra tierra, nuevamente tan cerca y tan lejos a la vez. La vuelta desde
Gedre nos costará casi 4 horas en coche, a San Nicolas de Bujaruelo llegaríamos
en tan sólo 2 horas andando, a tiempo de comernos unas buenas judías pintas en
su albergue, paradógico verdad?
Bonita escapada y excelente
compañia
Una vez más, muchas gracias a nuestras pacientes y sufridoras familias. Vuestra generosidad infinita, será recompensada.....algún día esperemos!!
Una vez más, muchas gracias a nuestras pacientes y sufridoras familias. Vuestra generosidad infinita, será recompensada.....algún día esperemos!!
Nos vemos en el Tour de 2013