No
me preguntes cómo fue, pero el hecho en cuestión era que Javilín de Llucas y
servidor, Chesu, estabamos este pasado sábado a eso de las 1100 de la mañana en
Escarrilla, vestidos para la ocasión, y con las btt’s a puntito.
Llevabamos
en la cabeza un par de recorridos, y alguno más en la recamara por si las
condiciones meteorológicas no acompañaban. Como ellas acompañaron, optamos por
la primera opción, y como los dos eran bastante majos, pues hicimos los dos.
Primero
nos dimos una vuelta por la
Sierra de La
Partácua , y posteriormente nos fuimos a Sallent de Gállego
por Lanuza, y de allí al Ibonziecho desde el embalse de La
Sarra. En total 70km, 2200m de desnivel positivo
acumulado y casi 5 horas de actividad. No está mal para la altura de la
temporada.
La
vuelta por la Sierra
de La Partácua
suma unos 33km. Saliendo de Escarrilla se coge a mano izquierda una carretera
dirección Sandiniés que en fuerte pendiente hace que empecemos a jadear casi al
instante, luego la cosa ya se tranquiliza. Pasado Sandiniés en dirección a
Tramacastilla llegaremos a una rotonda donde cogeremos la salida oeste
dirección pistas de ski de fondo y donde ya abandonamos el firme regular que
proporciona el asfalto para meternos ya en pista. La pista en si está en muy
buenas condiciones, casi sin agujeros, sin barro, nieve y bien compactada. La
subida sin ser muy pendiente, pica siempre para arriba. Sin darnos cuenta
llegamos al ibón de Tramacastilla, casi sin agua. Aquí hay una bifurcación,
nosotros cogeremos la de la derecha en busca del embalse y del ibón de Escarra,
para volver más tarde sobre nuestros pasos y seguir con nuestra circular. Desde
aquí la pista ya está empapada, muy pesada y con algunos pequeños neveros, nada
que ver con lo anterior. Después de 4.5km, ni encontramos el embalse ni su
ibón, el primero se quedo a nuestra derecha sin ver su cola, y al segundo no se
podía llegar con btt, aunque el paisaje era espectacular, de haber visto un
Yurta, hubiéramos pensado que estábamos en Mongolia. Volviendo a nuestra
bifurcación tomamos ahora si la pista de la izquierda, el piso sigue igual de
irregular dificultando el avance cuando pasas por barro o nieve, y así seguimos
hasta darnos de cruces con Peña Telera y sus impresionantes corredores. Al
acercarse la pista a la cara norte de Telera, esta impide que el débil sol de
enero acaricie la nieve, hielo en este caso, y la funda, impidiendo que
continuemos nuestra bonita circular. No pasa nada, nos damos la vuelta y para
el Ibonziecho.
Deshacemos
el camino andado y en un abrir y cerrar de ojos estamos de nuevo en la A-136 , no estamos en buen
sitio para parar y reponer fuerzas. Pasamos el túnel de Escarrilla con más pena
que gloria, pues el terreno pica para arriba y sopla un viento de mil demonios,
nada que ver con la vuelta que lo pasamos a 60km/h. Llegamos al embalse de
Lanuza, pasamos la presa y ya nos ponemos a salvo de los coches que suben y
bajan. Echamos un bocata y un café al sol, como los abus, mientras contemplamos
Lanuza y su escenario flotante, lejos quedan todavía esas noches de concierto
del Pirineos Sur, aún tiene que nevar mucho. Después de un merecido descanso
retomamos la marcha, aunque mis fuerzas están resentidas y mi cadena más seca que la mojama. Paramos en Sallent a rellenar bidones, Javilín me coge la bici y se va
a dar una vuelta, le observo de lejos, sube, baja, se para, se agacha en la
rueda de un camión, vuelve, se agacha en mi bici, repite la operación 3 ó 4
veces, me intriga, pero qué hace este tío? Voy para allí.
-
Qué haces?
-
Te estoy engrasando la bici con el aceite
que pierde ese camión.
-
Hostia!! Qué tío más grande!!
El
problema se soluciona. Ya no hace más ruido, ya no se me engancha la cadena.
Este tío es McGyver!! No dejas nunca de sorprenderme.
Iniciamos
ascenso a La Sarra ,
el hecho de ver el objetivo desde el mismo Sallent me pone malo, empieza la subida y mi
particular calvario, la patata funciona, pero, estoy vacío, tengo una pájara, y
de las gordas. No me resigno y sigo para arriba, mientras Javilín que va en
moto, desaparece de mi vista, me digo, por lo menos la pista está en buenas
condiciones, hasta donde lleguemos. Unos kilómetros más arriba me encuentro a
Javi más fresco que unas castañuelas.
-
Se te ha salido la cadena, o qué?
-
Ja, ja, encima cachondeo, no amigo, estás viendo un pájaro sin alas.
Ni
paro, 30 segundos más tarde, schiumm!!! Me pasa una mancha roja. Paramos, hablamos, me tomo
un gel y reiniciamos marcha, 200
metros más adelante hay un nevero, quiero pasarlo por la
izquierda, allá que voy, y pom!! Hostión gordo, si es hielo, que hostia más
buena, tocar el hielo-cristal famoso este, y al suelo. A todo esto el gel y la
hostia me dan alas, y en un abrir y cerrar de ojos me encuentro de cojón, venga
para arriba. Javi por no hacerme de menos, hace lo propio en el siguiente
nevero, y ahora el hostión se lo pega él, vaya hostia en el coxis!! Tengo yo de
eso? Para haberse matao! Estamos a unos 1700m, queremos llegar a 2100m pero los
neveros, mejor dicho las pistas de hielo, empiezan a ser más frecuentes, pasamos
unas cuantas, toca bajarse y pasar con cuidado, entre una y otra, ay!! tirón
por duplicado, como diría Jaime, que pupa, nos acordamos de Rafa Molinero y la Calcenada de 2011. Es
tarde, son casi las 1630 horas estamos a 1930m y por delante poca pista pero
mucho hielo, lo hablamos y decidimos ser prudentes, nos damos la vuelta mientas
disfrutamos del paisaje espectacular del Valle de Tena, la Peña Foratata , el
Pazino, los Infiernos, etc. En unos 45 minutos estamos de nuevo en Escarrilla,
y nos damos la enhorabuena por el buen día que hemos pasado. Nos cambiamos de
ropa y nos tomamos una Coca-Cola mientras repasamos el día y hacemos más
planes.
Rafa
siempre dice: “No sabemos donde está el
limite, pero sí sabemos dónde no está!” Hoy el mío ha estado muy cerca.