lunes, 19 de noviembre de 2012

Jamón,.jamón.

Este finde tocaba quedarse en Zaragoza, Chesu sin embargo tenía sus posaderas en Lascuarre, con lo que me había quedado sin compañero de escudería, no estaba todo perdido, el mío chermano que se está tomando en serio esto de la bici, como él dice-Se ha abierto la caja de Pandora-  una llamada de teléfono, yo otra a Jaimón y entre medias el promotor de nuestra coincidencia Alberto, esta vez Velilla, un buen amigote, nos unimos todos a una salida concertado por un especialista  y  propietario de una tienda de bicis, vamos que  una o ninguna vez habíamos coincidido, esto tiene el deporte, que simplemente compartiendo una actividad en común y sin conocernos de nada formamos un engranado equipo eventual, el cual funcionó durante la jornada para llevarla a buen fin.
 Todo empezó pasadas un poco las ocho de la mañana, quedamos en el Puente de piedra, todo un grupo de aficionados de la btt, el plan era sencillo, teníamos que llegar al toro de Osborne de Alfajarín, para ello cogeríamos la ribera del Ebro hasta la desembocadura del Gállego con este, ascender hasta la pasarela del Gállego a la altura de la nacional II a la altura de la urb. Ríos de Aragón, otra vez la ribera del Ebro nos acompaña durante el acercamiento al objetivo, pasando por Pastríz, llegando a su ermita. A la altura del cementerio giramos a la derecha , estamos muy cera de la orilla del ahora caudaloso Ebro, llegamos al fin a La Puebla, el siguiente punto Alfajarín, ni si quiera vemos con la bruma el objetivo, la tecnología y el buen saber de alguno de los bikers nos hace llegar pasando por debajo de la autopista a la única subida que nos encontramos en la ruta, por fin llegamos al objetivo, unas foticos y elegimos bajar por una senda por la que algunos nos desmontamos…
 Llegados a la Puebla decidimos volver por la carretera, en definitiva, unos 60 Km de etapa sin desniveles, a ritmo moderado y disfrutando de una salida en familia.
 Dejo unas foticos, no son de gran calidad, pero representan de algún modo la jornada.










jueves, 1 de noviembre de 2012

Broto


Broto-Biescas y el Cebollar

Esta vez el enclave de nuestras salidas se sitúa en Broto en pleno corazón pirenaico, a puertas del valle de Ordesa. La hospitalidad de Chesu y Sil hace que  disfrutemos de dos magníficos días juntos en tan espectacular entorno, junto con nuestros hij@s. Disfrutamos rodeados de la amplia gama de colores marrones, anaranjados y amarillos, con tonos ocres que representan la madurez de lo caduco y da paso al invierno, también reproduce el apogeo de la temporada de setas al igual que el fin de las cosechas y el comienzo de las primeras nieves que tanta falta hacen.
 Ya el miércoles por la noche nos dirigimos rumbo al Sobrarbe, llegamos al apartamento de nuestros anfitriones, descargamos la furgo, las bicis, nos repartimos por las estancias y preparamos la agenda mientras cenamos con los peques. El viaje se ha resuelto entre etapas de fina lluvia y espesa lluvia, en Broto ha llovido con insistencia, el rio Ara da buena cuenta de él, con la esperanza de encontrar la ventana de buen tiempo planeamos la salida en carretera con la firme convicción de no mojarnos mucho.
Como dice Chesu, soy un yayo, y Morfeo me llama implacable e insistentemente y sucumbo como de costumbre, cuando Javi Lucas tiene sueño…zzz.
Por la mañana, desayuno potente, coca y yogurt, traje de invierno, incluyendo etxeondo rojo, y primer chincheta, cotefablo por Broto, es un puerto con un coeficiente de 87, asfalto en buen estado y con 13 km hasta el túnel que atraviesa a su otra vertiente. Los primeros 5 km constan de una media constante del 6% prácticamente y tras un llano de un km y una pequeña bajada de 500 metros asciende suavemente  con dos kilómetros al 2,5 % y sus tres últimos con una media del 5%, no es duro, pero saliendo en frio de Broto y llevando unos días sin pedalear, recuerdas en las piernas sensaciones olvidadas, gracias que la memoria de nuestros músculos y el entrenamiento anterior nos respetan, y nos dejan disfrutar de la belleza del paisaje.
 Después de un fresco descenso llegamos a Biescas, después de ver al camello… y echar un trajo de agua giramos ciento ochenta grados para desandar nuestros pasos, curiosamente los puertos no se ven igual bajando que subiendo, por eso pasamos dos veces.
 El cotefablo por Biescas consta de casi 14 kilómetros con un 4% de media y un coeficiente de 106. Con un inicio suave en el primer kilómetro, este va cogiendo dureza, en Gavín, recién comenzado su cuarto kilómetro se empina y lo hace hasta alcanzar puntos del 9%, parece rendirse el puerto del cuarto al séptimo, y al pasar Yésero comienza de nuevo a sumar en positivo, del diez al trece casi rozamos el 8%, con rampas del 9 y 10%, dando paso al último kilómetro al 1% que incluye el interior del túnel que da el nombre al puerto (o viceversa) y no lo incluye el desglose anterior.
Con este recorrido pasamos del Alto Gállego al Sobrarbe en 27 kilómetros y un acumulado de 553 metros sumados al 518 de la primera vertiente son 1071 acumulados y el doble de distancia, calentamiento para la siguiente jornada.
 Al bajar el puerto nos encontramos con las donas y l@s chics paseando por Broto y haciendo unas últimas compras para la comida, que fue a una hora más bien temprana, puesto que la intención era ir a buscar unas setas al monte, las setas eran parte de la cena, dicho y hecho, después de una pequeña sobremesa, montamos en nuestras flamantes Volkswagen T4 y fuimos a un lugar que protejo su ubicación con mi integridad física, y gracias a Chesu y su olfato trufero y la inestimable colaboración de Olga “La joterica” que siempre lo da todo, conseguimos una cesta con escaso robellón, pero cinco magníficos Boletus Edulis, de los que pararíamos cuenta con el más sabroso risotto de setas que he comido, y la seta a la plancha mas apetitosa que mi paladar haya podido degustar y con el resto se preparó el famoso concentrado de Boletus….
Ya por la mañana y con la suerte de encontrar la segunda ventana de tiempo despejado en todo el puente volvimos a ascender el cotefablo desde Broto, esta vez con las bicis de montaña, con la diferencia que en el kilómetro cinco del puerto nos desviamos a la derecha por una pista de tierra en buen estado, esta nos conduce ascendiendo a una media constante del 5,7 %  hasta alcanzar casi los 2000 metros de altura, donde encontramos la prueba de las primeras nevadas del año, en el ascenso nos encontramos con numerosas reses, que apenas veíamos al estar metidos en un mar de nubes que dejaban pequeños claros que aprovechábamos para hacer alguna foto. La pista con buen drenaje estaba en buen estado, en la segunda barrera, fue donde el terreno, debido a las vacas y sus lastres liberados en forma de torta digerida, formaba un barrillo que endurecía el ascenso, y los tres últimos kilómetros, ya con hielo en el firme y los kilómetros acumulados sin descanso hacen la subida un poco más dura. Aunque el firme está en buen estado el descenso es largo y relativamente pesado, se baja muy rápido y esto hace  que los brazos noten el constante traqueteo, sobre todo te das cuenta cuando llegas a la carretera, que suave y lisa…
Con las burras y las equipaciones llenas de barro y boñiga de vaca nos dimos una ducha y nos dispusimos para apechugar el segundo desafío de la jornada, Asador Adolfo nos ofreció después de los entrantes a un suculento chuletón para compartir entre dos, de 1200 Kgrs de carne, igualita que la que rumiaba por el cebollar por la mañana, irresistible. Merecida sobremesa mientras los peques jugaban en el lugar acondicionado para tal fin, mientras los papis junto a las mamis conversábamos en la mesa junto al hogar…